jueves, 19 de octubre de 2017

Hablemos del apartamento de Master Of None


Que no puede molar más:






Amy Williams es la diseñadora de este piso que se supone que está en el Chinatown de Nueva York. Un apartamento que mola, tiene un rollo aspiracional, cultereta y relajado. Y plantas, muchas plantas.


Uno de esos apartamentos en los que no encuentras ni un mueble de Ikea. 




Y Francesca, que hace que me entren unas ganas locas de que llegue el otoño (de verdad):







Un beso a todas.

Lula P. 


lunes, 18 de septiembre de 2017

Runrunes de otoño 2017


Venga, un post rápido. Lo diré bajito: QUIERO TODO ESTO.

Quiero un jersey lila como este de Ganni. En Mango tienen esta versión barata, pero es de poliester (NEIN).


A final de verano me compré estos aros de Mamaplata Formentera. Siempre llevo los mismos pendientes, unos brillantes muy pequeños, jamás cambio. Pero me dio por ahí y cuando me los pongo me siento guapa. Aún queda algo de verano y cuando vuelva el sol volveré a ponérmelos. Yo los veo más para el verano. Son unos aros dorados y ligeramente amartillados.
Hace justo un año me puse unos pendientes de clip de los años 80 para una fiesta de disfraces. Me encantó llevarlos. Creo que voy a empezar a ponérmelos sin estar disfrazada. Por google he encontrado estos. Eran de ese estilo, pero sin la tira negra. 


 Necesito un cardigan rojo de cashmere. En su momento no me compré este de Magnolia Antic y me arrepiento mucho. Ahora no encuentro ninguno (venga, ayudadme).


Creo que este vestido de HM mola:




Y ya está. Adiós. 

Besos a todas las que aún estáis por ahí.

Lula P. 

jueves, 2 de febrero de 2017

Mi súper coño




Lo sé. Esa es una palabra fuerte, contundente, incómoda. Sobre todo leída, no tanto dicha, porque así, a viva voz, suena a inocente latiguillo. Pero verla ahí escrita, COÑO, tiene algo de perturbador. Será por esas cuatro letras potentes, por esa vocal abierta repetida por dos, por esa eñe que te chirría.

O será porque hemos abrazado definitivamente la mojigatería. 

No lo sé, me da igual. A mí hoy no me sale llamarlo toto, porque yo he venido aquí a hablar de mi coño.

Resulta que tengo un súper coño y yo no me había enterado. Es más, creía que estaba el pobre un poco de capa caía.

Os lo resumo:

Después de tener dos hijos, empecé a notar que aquello se había dado de sí más que una rebeca de Zara. No le daba mucha importancia, pero con los años la cosa ha ido a más y es un auténtico incordio. Ahí entra agua, por ejemplo, y sale al cabo del rato como si fuera un aspersor.

Otro ejemplo, después de tener relaciones sexuales, si me pongo a dar andar por mi casa, al cabo de un rato, la gravedad llama y el semen cae libre hasta las rodillas. 

Empiezo a sentirme un poco experta en eso de que me chorree líquido por las piernas.

Y diréis, no es para tanto. Pues sí, es un puto coñazo. No puedo estar cambiándome de bragas y de pantalones cada dos por tres porque no me cierran las bajocompuertas. Creedme, no exagero si os digo que, cada vez que mi coño me hace eso, me cabreo muchísimo. Pero mucho. De hecho, varias veces me he cagado en todo y he acabado echándole la culpa a mi marido.

Vale, lo sé, él no tiene la culpa, pero da igual, ese no es el tema (pobrecito mío).

Estaba realmente preocupada con mi coño, porque a mí me encanta mi coño de toda la vida y lo cuido bastante (sin llegar a los loki-niveles de Gwyneth Paltrow, a esa majara no hay que hacerle nunca caso, por favor os lo pido).

Estaba convencida de que era culpa de mi suelo pélvico, que se había distendido por los partos o por la edad, joder, que me estoy haciendo vieja y lo llevo fatal.



Estaba convencida de verdad, os lo juro. Hasta que la semana pasada fui a ginecólogo, en un día que empezó normal y acabó siendo maravilloso o maravillosísimo. Ahora veréis por qué.

Le comenté mi dramita, me hizo una eco vaginal y me dijo que no, que mi problema era otro y no tenía solución: por los partos, la entrada a mi vagina se ha verticalizado, pero el resto está en su sitio. Esa parte vertical hace que entre y salga agua, pero no llega más allá. Os comento este detalle clínico súper importante por si alguna de vosotras tiene el mismo problema, tomad nota. No tiene solución, pero tampoco es para tanto. Sólo resulta un engorro, pero eso se arregla poniéndote un tampax antes de tomar un baño o ir a la piscina o a la playa. 

Yo al principio me quedé un poco mec. Le mire con cara de no fiarme nada, de pensar "este es el típico mediquillo que le quita hierro a todo, aunque está viendo que tengo el coño más caído que el escroto de un mandril". Ññññññññ



Como el pobre ginecólogo vio que yo estaba sin vivir en mí, me metió los dedos y me pidió que se los apretara con mi vagina.

 Y lo hice genial:

-Joder, tienes una fuerza de cojones.

Flipé tanto, que se los volví a apretar sin que él lo pidiera. Fue un momento realmente loco, yo ahí, que no podía parar de apretar con mi vagina los dedos de mi ginecólogo.

Os voy a decir una cosa: me sentí una diosa nivel Isabel Preysler. Con lo deprimida que me tenía mi coño y resulta que es un súper coño. Yo creía que tenía un problemón y resulta que sólo tengo un problemilla.

Y no pasa nada. Un súper coño puede hacer de aspersor, pero seguirá siendo un súper coño.

Chicas, no olvidéis ir al ginecólogo una vez al año.
Vuestros coños lo agradecerán.

Un beso a todas.

Pd: Las fotos son los runrunes. El agua de rosas de Santa Maria Novella la uso desde verano y me encanta, cuando se termine lloraré. El vestido es de Realisation Par y me gusta un montón. Y las Michaell de Repetto, que siempre molan.

lunes, 23 de enero de 2017

Runrunes



Venga, voy directa a los runrunes, para qué dar más rodeos.

1-Siempre llevo los mismos pendientes. Nunca bisutería. Y para variar, sigo aburriéndome a mí misma. Voy a probar con este tan bonito de Hevn, a ver si consigo saber cómo ponérmelo.


2-Los Reyes me han traído la Lotion P50. Acabo de empezar a usarla. Llevo muy pocos días para emitir un veredicto fiable, pero la que me lo recomendó fue Miss B., queridas, y todas sabemos que Miss B. siempre acierta. 



3-Creo que me vuelve a apetecer llevar campana.



4-Estas mascarillas de biocelulosa las compro en París (aunque creo que son alemanas) y van muy de puta madre. En España no encuentro de este tipo (de biocelulosa, no de papel). Hay varias, de cara  completa, de contorno de ojos, escote, cuello, boca... Son la polla, en serio.

5-Está agotadísimo desde hace un montón, pero lo he conseguido en rebajas al 60%, porque doy mucho asco. El famoso jersey rosa de Ganni.


6-Este vestido de Datura, de seda roja, me lo compré el verano pasado en una venta especial que hizo en Palma. Y no sabéis lo bonito que es. Me lo pongo con All Stars o con Birkenstock. Es que es una barbaridad de bonito.



7-Dermaroller. Tengo el runrún fuerte de este aparato, pero necesito saber más, si alguna lo utilizáis, cómo os va...  Es como un rodillo de agujas muy finas que te pasas por la cara y hace que todo tenga mucho más efecto en la piel.

De momento le metí el runrún a una amiga que está muy loca y ha empezado a usarlo y dice que todo en orden por ahora. Yo no me acabo de atrever. Contadme vosotras.


8-Me he comprado estos botines dorados de Maje.  En rebajas, claro. Imitación de los de YSL. Os juro que puestos son más chulos que en la foto. Además, estoy convencida de que cuando envejezcan molarán mucho más.

Y lo peor es que me gustan. Creo que la crisis de la edad me está pegando fuerte. Lo próximo qué será, ¿llevar flecos? Nah.







Y ya está.

A las que sigáis por ahí, a pesar de todo el abandono: MOLÁIS MUCHO.

Besos a todas.

Lula P.