lunes, 8 de junio de 2020

Mis antirunrunes

Tengo un amigo muy hater que dice que yo soy una lover. Supongo que tiene razón, tiendo a hablar de lo que me gusta. Así que hoy voy a escribir de lo que odio, aunque en realidad solo me dé igual.

Tened en cuenta, por favor os lo pido, que este es un post muy personal, son pequeñas manías que tengo. Si a vosotras os gusta algo de lo que pongo ahí abajo, pues me parece muy bien. Cada una es libre de elegir sus runrunes y sus antirunrunes.

1-Las sábanas estampadas. Necesito que la ropa de cama sea lisa, en concreto, blanca. Yo la tengo toda blanca menos unas rosas como ahumadas que me compré en una emergencia que tuve. Para mí hay una diferencia abismal entre dormir en sábanas blancas y unas de color. Admito colores claros como el celeste o el arena, pero aún así, mejor blancas siempre. Como fetiche absurdo os diré que las tengo todas de Bassols (son un poco caras, pero en rebajas valen la pena). Las rosas que os comento son de Zara Home y NO ES LO MISMO. De hecho, mi hija pequeña siempre se queja cuando las pongo, la cabrona dice que pican (y eso que son de algodón percal y no sé qué más, pero la enana nota la diferencia porque es hija de su madre la loca de las sábanas).

1.2-Las camas sin cabezal. No hay nada más triste que un dormitorio con una cama con el colchón pegado a la pared.

1.3-Las camas bajas. Tienen que ser altas, por dios. Vosotras conocéis algún hotel de superlujo que tenga camas bajas? Yo NO.

2-Los vaqueros con elastano. Tengo unos cuantos y no me los pongo nunca, solo unos Levis 501 blancos porque no los encontré sin. Para mí, los vaqueros tienen que ser 100% algodón. Los que llevan elastano dan aspecto "barato" aunque sean caros. Yo me entiendo, pero no me hagáis mucho caso.


3-Los pintalabios de tonos marrones. Si en 1995 no me gustaban, imagináos en 2020.

4-El pelo liso de plancha.

5-Los sujetadores con aros. No suelo llevar, pero cuando llevo, siempre sin aros. Tengo alguno con y las pocas veces que me los pongo me parecen incómodos y me espanta la forma del pecho que me hacen. Esas no son mis tetas.

6-Los tanga. Me parecen una marranada. Para la playa sí llevo una braguita brasileña, pero no concibo llevar un tanga metido en el culo cada día.

7-Aceite facial. No soporto esa sensación en la cara, me muero.

8-La bisutería. Tengo solo un par de cosas y me las pongo muy, muy, muy poco. Tampoco es que lleve joyas porque, aunque me creo rica, soy pobre. Si llevar unos vaqueros elásticos me parece que  me "abarata" el aspecto, ya podéis imaginar lo que  pienso si me pongo un anillo de chuchería.

9-Las casas super ordenadas. El orden excesivo me incomoda. Limpieza sí; orden no. Mi casa es para que vivamos mis hijos y yo, no para que salga en una editorial de AD.

10-Las láminas enmarcadas.

11-Los zapatos con plataforma. Soy alta, si me subo en unos, parezco una drag queen.



12-La ropa de poliester o viscosa.

13-Las flores. Eso lo he heredado de mi madre: me gustan las plantas, las flores me dan igual.

14-Los tíos que te dicen "gracias" después de pegar un polvo.

15-El lino. Ojo con el lino, es muy peligroso.

16-Paulo Coelho (he tenido que buscarlo porque primero escribí Cohelo).

17-La autoayuda.

18-Mr. Wonderful.

19-Las frases aspiracionales. Cuando alguien comparte alguna en RRSS y tengo la mala suerte de leerla, me pongo de muy mala hostia.

20-Las fotos (no profesionales) de comida. No me interesa tu paella, ni tu tortilla de patatas ni tu puto guacamole.

21-El güisqui, aunque me encantaría que me gustara mucho.



22-Charlot. Me pasa como a Borges, nunca me ha hecho ni puta gracia.

23-Las chanclas de plástico. Qué asquito.

24-Cualquier prenda de forro polar.

25-Las mantas de tejido sintético. Tienen que ser de lana, mohair... no sé, las mantas tienen que abrazarte más que darte calor. El plástico nunca abraza.

26-El bronceado. Viviendo en Mallorca es prácticamente imposible estar blanca en verano. El cuerpo no me queda más remedio, por más que me protejo, pillo color en seguida. Pero la cara, no. Eso sí que no. Así que estos meses soy una persona muy ridícula que se pasea con una cabeza blanca colocada en un cuerpo moreno. Es horroroso, pero es lo que hay.

27-Las camisas entalladas. Ni en mujeres ni muchísimo menos en hombres.



28-Los tíos con pantalón pitillo.

29-La gente que cuando escribe, por sistema, cita a grandes escritores o filófosos. Las citas hay que usarlas con moderación y solo si realmente aportan algo que tú eres incapaz de dar al texto. Abusar de ellas denota impostura.

30-Los tíos que te hablan mal de su ex en las primera citas. Ni en las segundas ni en las terceras ni en las cuartas; si me la pones a parir, me estás diciendo más cosas de ti que de ella, melón.

31-La gente que ve mal la promiscuidad femenina. Nunca juzgarán a un hombre promiscuo, pero sí a una mujer. Iros a la mierda, nosotras follamos lo que nos da la gana. Y si puede ser mucho, mejor. Os podéis callar vuestra moralina.

32-El sexo lento. Ññññññ... bueeeeno, de vez en cuando se necesita un gato. Pero por lo general, soy más de acción-reacción.

33-La gente que dice "ni tan mal", "sí o qué", "obvio" y "menuda movida".

34-Que el tío que te gusta te mande emoticonos ridículos por wasap, como el del guiño. ¿Tú quién eres, Espinete?

35-Las mechas. Sorry.

36-Los libros colocados por colores. Creo sinceramente que alguien que hace algo así es capaz de comerse vivo a un bebé ochomesino.

37-Los relojes inteligentes. Madre mía jajaja lo siento, pero NO. No he visto cosa más fea en mi vida.



38-La palabra "novio" me parece horrorosa. Nunca llamé novio a mi ex. Sin embargo, como me casé muy joven, sí decía "marido" constantemente porque me sentía muy punky para mis adentros. Criatura.

39-Las camisetas de grupos de música o cualquier dibujo estampado. De hecho ni siquiera palabras. Tenía una de Ganni que me puse dos veces y ahora ya se la pone mi hija. En la vida hay que avanzar y ese camino hacia adelante conlleva necesariamente tirar esas camisetas (o regalarlas a menores de edad).

40-Los logos de marcas de lujo. Si se ven en el primer vistazo, mal. A no ser que sea un bolso de Chanel.

41-Los bolis caros. Los odio. Una vez me regalaron uno y lo perdí a los dos días porque me daba vergüenza usarlo.

42-La kombucha. A mí me vais a perdonar, pero eso sabe a vómito.

43-El surf.


Y creo que ya está, no recuerdo que odie nada más, aunque seguro que sí.

Un beso a todas.
Lola




viernes, 15 de mayo de 2020

Runrunes confinados

A ver, habéis sido tan guays, me habéis mandado tantos mensajes y TODAS, TODAS sin excepción, me decís que echáis de menos los runrunes. Lo vuestro es muy fuerte, yo aquí queriendo hablaros de Shopenhauer y resulta que sólo os interesan los runrunes.

Así que como habéis sido las mejores lectoras del mundo, a pesar de que no me lo merezco por dejar esto abandonado durante años, he decidido actualizarlo un poquito, sólo con runrunes, que al final es lo único que os interesa.

A mí me sabe un poco mal hablar de trapitos y cremitas con todo lo que está pasando, por eso no me animaba. Pero he decidido que todo está siendo demasiado horrible, demasiado largo, demasiada pesadilla como para encima no poder entreteneros un rato con cosas que, aunque nos diviertan un minuto, todas sabemos que al final nos importan una puta mierda.

Podemos hablar dos minutos de pintalabios, la distracción durará eso, casi nada. Al poco, todo volverá a ser la locura que vivimos desde hace dos meses (son dos? yo ya he perdido la cuenta, todos los días son iguales).

Así que nada, aunque sea solo un rato muy pequeño, espero que podáis desconectar, pero desconectar mucho, eh, no solo un poco. Quiero que desconectéis en modo ameba, con la baba colgando.

1-Levis Ribcage Wide Leg Jeans.

Son demasiado guays. Talle alto, el más alto de Levis. Yo tengo unos azul claro que me compré a mitad de precio en las últimas rebajas y no me los quitaba hasta que llegó la cuarentena (llevo dos meses literalmente en pijama, de eso hablaremos otro día). Ojo, algunos modelos de Ribcage tienen elastano. A mí los vaqueros sólo me gustan 100 % algodón. Lo míos lo son.


Ya que hablamos de vaqueros, os cuento que desde hace años mis favoritos con mucha diferencia son los 501 Skinny 100% algodón, tengo varios y son los que mejor me sientan del mundo. Me parece que están descatalogados, así que cuando se me rompan lloraré. En serio, derramaré lágrimas. 

2-The Attico.

No sé, chicas, yo quiero ser rica sólo para llevar vestidos de Attico todo el rato. Vestidos y corpiños de lentejuelas y minifaldas de plumas.

Últimamente estoy muy obsesionada con el flúor, opino que ese sería una opción cojonuda.


Lo bueno de ser pobre pero tener amigas ricas es que les puedes robar vestidos como ese de rayas de ahí abajo. Creo que me lo he puesto más que su dueña, pero es que me quiere mucho. Y yo a ella más. Me lo pongo y me siento una DIOSA. 

Diosa nivel: extended la alfombra roja a mi paso, por favor os lo pido.


3-Vestido transparente.

Durante este confinamiento he cumplido 41 años y mis amigas me han regalado ese vestido (que sabían que yo quería muy fuerte). Es completamente transparente. Pero mucho, mucho, todo.

Cuando me llegó, llevaba unos días de mierda (como todo el mundo) y fue probármelo y ponerme contenta. Me vine arriba y pasé en solo un minuto por las siguientes fases: 

-Me encanta, me lo pondré con un body negro debajo.
-Buah, es que es demasiado guay, me lo pondré con sujetador y bragas altas negras, venga ahí, arriesgando, Lolita.
-Pero qué coño bragas altas!!! Si mira lo de puta madre que me queda con braguitas y SIN sujetador!!!! Si me lo tengo que poner, me lo pongo con un par, enseñando las tetas, aunque acabe pareciendo La Veneno.


Por cierto, es de Rat And Boa. Y ahí también tienen uno flúor. El mío es de seda, el flúor yo diría que no, ojo ahí, eh.


4-Anillacos.

Nunca llevo anillos, pero hace poco le robé a una amiga uno de Repossi y he decidido que he nacido para llevar todo el rato todos los anillos de Repossi. Todos a la vez, sin medida, hasta dar asco.


5-Botazas.

Hace tanto tiempo que no me compro nada y para hacer estos runrunes he tenido que esforzarme un rato para hacer memoria. Lo digo en serio, he tenido que pensar.

Creo que no os conté aquí las botas de Armani tan guays que me compré. Primero se las vi a una amiga, me obsesioné fatal y las conseguí muy baratas. Son unas cowboy de PUTO TERCIOPELO hasta por encima de la rodilla. Creédme si os digo que cuando las llevo puestas crujo cuando camino.


Son esas, pero en terciopelo, que molan infinitamente más, hacedme caso. 

6-Superga.

El verano pasado me compré unas Superga blancas y estoy contenta con ellas. No sé qué más decir, me gustan, son cómodas y monas, un poco pijas, pero bien van. Yo qué sé, un runrún más.


8-Khol.

Yo lo descubrí hace dos años y es la hostia. Con esto me pasa como con la copa menstrual, no entiendo cómo no lo he utilizado toda la vida.


8-Tratamientos faciales.

Así, en plural, los necesito todos.


Y hasta aquí los runrunes. Espero que os hayan entretenido y no os sintáis muy culpables por ello. No pasa nada, todas sabemos ya lo que hay ahí afuera, el drama humano gigante que nos ha tocado vivir; pero este no es sitio para hablar de las cosas importantes. 

Aquí siempre hemos sido la orquesta del Titanic.

Un beso a todas y gracias por seguir ahí.
Lola








lunes, 26 de febrero de 2018

Runrunes de transición: Martiniano shoes, tul, pendientazos y birkram yoga


A los runrunes, que es lo que os interesa:

-Martiniano Glove Shoes

Llevan varios años siendo the coolest shoes. Los glove de Martiniano son el éxito inesperado que llevan (aún) todas las guayonas. Y parece que no se cansan de ellos. Estoy segura de que no se hartan porque tienen que ser comodísimos.

Los auténticos Martiniano son carísimos, qué asco. Y las imitaciones de otras tiendas nunca me convencen.



Como los Martiniano no caerán (paso de que cuesten tanta pasta), seguiré con mis Zizi de Repetto que llevo ya desde hace casi 12 años (las voy reponiendo) y quizá me compre por fin los mocasines Michael. Es un zapato que tendría que haber comprado hace mil años y no entiendo por qué todavía no los tengo, porque me gustan un montón.

En charol negro. Si os apetecen y los compráis online, tened en cuenta que conviene pillar medio número más o incluso uno más.




-Sigo obsesionada con los pendientes de clip, pero me resultan muy incómodos. Los pendientes grandes de Zara y esas tiendas no me acaban de gustar, pero estos de Helena Nicolau me encantan.

Nunca llevo bisutería, pero me gusta mucho lo que hace esta chica, es todo muy bonito, nada cursi.

Tiene más modelos, pero yo quiero estos, tan femeninos:





-Top de seda de Sezane

Quiero que llegue ya el verano para ponérmelo. Lo tengo en blanco y sienta genial.

Free the nipples.




-Gafas de sol

Siempre llevo las mismas, unas Rayban Wayfarer B&L de los 80, que me encantan. Pero quizá estoy un poco aburrida de llevar mil años con ellas.

Me gustan las Catherine de Celine, mi duda es si son demasiado Kardashian.




-Tul

Estoy obsesionada con el tul. Necesito tops de tul todo el rato. Los de Cortana son ideales, pero también fuego de caros que son. Qué lástima no ser rica.





Estos de la mexicana Alejandra Quesada molan mucho, no son de seda, pero tienen un punto modernito que puede quedar cool.




-Datura

Este vestido azul marino para este verano. Me encanta el aire noventero que tiene todo lo de Datura.


-Bikram yoga

¿Cómo os lo explicaría yo? ES UNA BARBARIDAD. Sé que el boom fue hace varios años, pero entonces yo pasaba mucho del yoga porque me aburría. Pues bien, estaba tan equivocada que me muero de la rabia de haber perdido tanto tiempo y no haber empezado antes.

Engancha, claro que engancha, porque ves los resultados asombrosamente rápido.

Si te interesa la parte espiritual del yoga, el bikram no es lo tuyo.

Pero si eres superficial y petarda como yo y quieres fliparlo porque bajas rápido (rapidísimo) algún kilito, porque ya jamás estás hinchada y porque de repente eres capaz de doblarte como jamás imaginaste (y ojo que yo llevo mil años haciendo Pilates con máquinas, pero lo de bikram es otra historia)... entonces te gustará y te engancharás como una yonki mala.


¿Vosotras tenéis algún runrún? Contadme.

Besos a todas.

Lula P. 




jueves, 11 de enero de 2018

Ya no quiero ser francesa, viva el Womanizer


Queridas mías, no voy a escribir aquí de feminismo, porque ya lo hago en otros sitios. Pero os resumo muy rápido lo que pienso del new black:

-A veces no quiero ser francesa ni francesísima.


Y ahora vamos a los runrunes, que es lo toca aquí:

-Womanizer

Ni la rueda ni la imprenta ni Internet. El que inventó este vibrador-succionador del clítoris es el mayor genio habido nunca en la humanidad.



Para las que no lo hayáis probado: si tenéis el clítoris muy sensible, al principio no lo aguantaréis mucho. Dadle una segunda y una tercera oportunidad. Tiene varias intensidades, acabaréis por pillarle el truco y os fliparéis. Tendréis un orgasmo en menos de un minuto. Y todos los que queráis. Uno? Dos? Diez?

-Una parka de Woolrich

Ya estaba harta de pasar frío cada vez que viajo a Siberia, así que los Reyes se han arruinado al traerme la parka Arctic de Woolrich. Exactamente esa que lleva Michelle Williams.




-ATM (Anthony Thomas Melillo)

Es algo así como la marca de los básicos para las milmillonarísimas. Tan cara que da la risa. Yo me acabo de comprar este body, al 50% en las rebajas y sigue siendo caro. Soy gilipollas, lo sé, pero es que es ideal.



Desde hace un año, me pongo bodies todo el rato.

Este de American Vintage, lo tengo, es ideal. Me lo compré antes de las rebajas porque, ya os lo he dicho, soy gilipollas perdida.




También tengo este de Samsoe Samsoe que es ideal total.


Besos a todas. 

Amáos, nenas, apoyáos y no dejéis que nadie os llame puritanas si no os apetece chupársela a un tío.


"El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”.
Simone de Beauvoir.




jueves, 19 de octubre de 2017

Hablemos del apartamento de Master Of None


Que no puede molar más:






Amy Williams es la diseñadora de este piso que se supone que está en el Chinatown de Nueva York. Un apartamento que mola, tiene un rollo aspiracional, cultereta y relajado. Y plantas, muchas plantas.


Uno de esos apartamentos en los que no encuentras ni un mueble de Ikea. 




Y Francesca, que hace que me entren unas ganas locas de que llegue el otoño (de verdad):







Un beso a todas.

Lula P. 


lunes, 18 de septiembre de 2017

Runrunes de otoño 2017


Venga, un post rápido. Lo diré bajito: QUIERO TODO ESTO.

Quiero un jersey lila como este de Ganni. En Mango tienen esta versión barata, pero es de poliester (NEIN).


A final de verano me compré estos aros de Mamaplata Formentera. Siempre llevo los mismos pendientes, unos brillantes muy pequeños, jamás cambio. Pero me dio por ahí y cuando me los pongo me siento guapa. Aún queda algo de verano y cuando vuelva el sol volveré a ponérmelos. Yo los veo más para el verano. Son unos aros dorados y ligeramente amartillados.
Hace justo un año me puse unos pendientes de clip de los años 80 para una fiesta de disfraces. Me encantó llevarlos. Creo que voy a empezar a ponérmelos sin estar disfrazada. Por google he encontrado estos. Eran de ese estilo, pero sin la tira negra. 


 Necesito un cardigan rojo de cashmere. En su momento no me compré este de Magnolia Antic y me arrepiento mucho. Ahora no encuentro ninguno (venga, ayudadme).


Creo que este vestido de HM mola:




Y ya está. Adiós. 

Besos a todas las que aún estáis por ahí.

Lula P. 

jueves, 2 de febrero de 2017

Mi súper coño




Lo sé. Esa es una palabra fuerte, contundente, incómoda. Sobre todo leída, no tanto dicha, porque así, a viva voz, suena a inocente latiguillo. Pero verla ahí escrita, COÑO, tiene algo de perturbador. Será por esas cuatro letras potentes, por esa vocal abierta repetida por dos, por esa eñe que te chirría.

O será porque hemos abrazado definitivamente la mojigatería. 

No lo sé, me da igual. A mí hoy no me sale llamarlo toto, porque yo he venido aquí a hablar de mi coño.

Resulta que tengo un súper coño y yo no me había enterado. Es más, creía que estaba el pobre un poco de capa caía.

Os lo resumo:

Después de tener dos hijos, empecé a notar que aquello se había dado de sí más que una rebeca de Zara. No le daba mucha importancia, pero con los años la cosa ha ido a más y es un auténtico incordio. Ahí entra agua, por ejemplo, y sale al cabo del rato como si fuera un aspersor.

Otro ejemplo, después de tener relaciones sexuales, si me pongo a dar andar por mi casa, al cabo de un rato, la gravedad llama y el semen cae libre hasta las rodillas. 

Empiezo a sentirme un poco experta en eso de que me chorree líquido por las piernas.

Y diréis, no es para tanto. Pues sí, es un puto coñazo. No puedo estar cambiándome de bragas y de pantalones cada dos por tres porque no me cierran las bajocompuertas. Creedme, no exagero si os digo que, cada vez que mi coño me hace eso, me cabreo muchísimo. Pero mucho. De hecho, varias veces me he cagado en todo y he acabado echándole la culpa a mi marido.

Vale, lo sé, él no tiene la culpa, pero da igual, ese no es el tema (pobrecito mío).

Estaba realmente preocupada con mi coño, porque a mí me encanta mi coño de toda la vida y lo cuido bastante (sin llegar a los loki-niveles de Gwyneth Paltrow, a esa majara no hay que hacerle nunca caso, por favor os lo pido).

Estaba convencida de que era culpa de mi suelo pélvico, que se había distendido por los partos o por la edad, joder, que me estoy haciendo vieja y lo llevo fatal.



Estaba convencida de verdad, os lo juro. Hasta que la semana pasada fui a ginecólogo, en un día que empezó normal y acabó siendo maravilloso o maravillosísimo. Ahora veréis por qué.

Le comenté mi dramita, me hizo una eco vaginal y me dijo que no, que mi problema era otro y no tenía solución: por los partos, la entrada a mi vagina se ha verticalizado, pero el resto está en su sitio. Esa parte vertical hace que entre y salga agua, pero no llega más allá. Os comento este detalle clínico súper importante por si alguna de vosotras tiene el mismo problema, tomad nota. No tiene solución, pero tampoco es para tanto. Sólo resulta un engorro, pero eso se arregla poniéndote un tampax antes de tomar un baño o ir a la piscina o a la playa. 

Yo al principio me quedé un poco mec. Le mire con cara de no fiarme nada, de pensar "este es el típico mediquillo que le quita hierro a todo, aunque está viendo que tengo el coño más caído que el escroto de un mandril". Ññññññññ



Como el pobre ginecólogo vio que yo estaba sin vivir en mí, me metió los dedos y me pidió que se los apretara con mi vagina.

 Y lo hice genial:

-Joder, tienes una fuerza de cojones.

Flipé tanto, que se los volví a apretar sin que él lo pidiera. Fue un momento realmente loco, yo ahí, que no podía parar de apretar con mi vagina los dedos de mi ginecólogo.

Os voy a decir una cosa: me sentí una diosa nivel Isabel Preysler. Con lo deprimida que me tenía mi coño y resulta que es un súper coño. Yo creía que tenía un problemón y resulta que sólo tengo un problemilla.

Y no pasa nada. Un súper coño puede hacer de aspersor, pero seguirá siendo un súper coño.

Chicas, no olvidéis ir al ginecólogo una vez al año.
Vuestros coños lo agradecerán.

Un beso a todas.

Pd: Las fotos son los runrunes. El agua de rosas de Santa Maria Novella la uso desde verano y me encanta, cuando se termine lloraré. El vestido es de Realisation Par y me gusta un montón. Y las Michaell de Repetto, que siempre molan.